At The Dentist Office

¿Es habitual sentir molestias después de una endodoncia?

No temas: es normal sentir un cierto grado de molestia después de realizarte una endodoncia. El proceso, también conocido como tratamiento de conductos, consiste en la eliminación parcial o total de la pulpa dental y, además, en una restauración del diente natural, para la que es necesario aplicar anestesia.

En este artículo, desde nuestra clínica dental en León, te explicamos cuáles son las molestias más habituales después de una endodoncia y cómo aliviarlas.

Pasos que seguir para aliviar las molestias después de la endodoncia

Lo primero que debemos evitar, en las horas posteriores a la endodoncia, es la ingesta de alimentos o la masticación de chicle, al menos hasta que el efecto de la anestesia haya desaparecido totalmente. De lo contrario, el paciente podría morderse sin advertirlo, produciéndose heridas en las mucosas orales. No obstante, y de manera general, en el plazo de una a dos semanas, es igualmente recomendable evitar el consumo de alimentos duros y/o pegajosos, que puedan ofrecer complicaciones en la masticación.

La sensibilidad en la zona del diente tratado, así como pequeñas molestias, son muy habituales en los días posteriores a una endodoncia. Es importante que el paciente tenga en cuenta que estos síntomas suelen remitir pronto y, además, que son tratables con analgésicos comunes. En otros casos, también es perfectamente normal que los días posteriores a la realización de la endodoncia cursen sin ningún tipo de dolor.

Los casos que deben estar bajo una estricta supervisión médica son aquellos en los que se produce un proceso infeccioso. En estas situaciones, además de resultar imprescindible pedir cita con el dentista, suelen recetarse antibióticos específicos para combatir los síntomas. Si bien, no es lo habitual en un procedimiento tan común y seguro como lo es la endodoncia.

De manera general, además del uso de analgésicos para mitigar las molestias leves, desde Martín Villa Innovación Dental recomendamos los enjuagues con agua tibia con sal para reducir la posible inflamación, como tratamiento complementario. No obstante, ante cualquier desequilibrio al masticar, la aparición de tensión en el diente restaurado o cualquier tipo de dolor persistente tras el procedimiento, se hace imprescindible acudir a la consulta del dentista.